Recuerdo que el defensa Zito intenta sorprenderlo golpeándole el balón con el puño, por detrás, para que lo suelte, tomar el balón, y reanudar de inmediato. Pelé rodea a Mazurkiewicz, que se agita ante y en la trampa como un desesperado entre las olas; Pelé llega al balón y alcanza a patearlo casi sin margen de maniobra. Pelé finta que moverá el balón hacia el lado derecho, para esquivar a Mazurkiewicz, quien efectivamente se tiende a ese lado, como le indica la lógica, y Pelé deja, por el contrario, pasar el balón hacia el otro lado. Recuerdo que cuando Maradona anotó el segundo gol, llevándose a todos los rivales ingleses como cumpliendo todos los sueños infantiles, la voz de la realidad apuntó también: “Pudo hacerlo porque ninguno de los ingleses lo bajó de una patada, ni siquiera por el coraje del gol previo anotado con la mano”.
Ante el Villareal CF anotó su quinto gol, convirtiéndose en su mejor arranque de temporada y en uno de los mejores arranques goleadores de la historia de un debutante en el Real Madrid. Y el hecho es que un año después en la apertura del Mundial, Honduras le sacó un empate al local, España, en el primer partido; y, consuelo o sorna de muchos, qué bueno que México no había ido en el segundo lugar para no correr la suerte de El Salvador, que perdió 11-1 contra Hungría, en el marcador quizá más aparatoso de la historia moderna de los Mundiales.
El ejecutivo explicó que la agresiva expansión que se dio el año pasado tiene que ver en buena parte con el desfase que se tuvo en los dos años anteriores (2009-2010), cuando el grupo fue más conservador en su crecimiento. Recuerdo cómo el vudú, cuando la encerrona fue en México cuatro años después, nada pudo contra el estadio Azteca y 120 mil aficionados en las eliminatorias para el Mundial Argentina 78, y México obtuvo fácilmente el único boleto que la Concacaf tenía para los Mundiales. Recuerdo que luego de calificado para Argentina 78, todo México tendría su primer gran episodio de bovarismo, la mezcla de autoensoñación y de creerse más de lo que se es. Recuerdo la certeza nacional, que empezaba desde el entrenador José Antonio Roca, de que los resultados en el grupo de México serían así (y tal era el orden): triunfo absoluto (goleada) sobre Túnez, empate tozudo contra Alemania, y triunfo moderado 2-1 (empate, por lo menos) contra Polonia. Recuerdo cómo en el siguiente partido y la derrota por 6-0 contra Alemania, el bovarismo dio pie al pitoperezismo. Recuerdo que años después vi la repetición y me quedó claro que no fue Coluna sino Greca quien lo había lesionado, no “cargando” sobre el Rey como dice el pie de ilustración de la revista Futbol sino acabándolo con dos sucesivas patadas luego de que Pelé se había levantado de la primera, hasta destrozarle la rodilla.
Recuerdo preferir otra leyenda: 17 años antes en el pueblito de Minas Gerais donde Pelé nació, los padres como es costumbre le llevan el recién nacido a una negra adivina para que le depare un futuro. Es como si no hubiera existido. Revertir la primera de estas posiciones requiere de algo más que cambiar las formas de propiedad, como explican los capítulos de Carles Murillo y Oliver Seitz, autores que han ocupado puestos en la gerencia de los clubes que analizan: el FC Barcelona y el Coritiba Foot Ball Club, respectivamente. La web Footy Headlines ha dado la bienvenida a 2018 filtrando la que sería la equipación titular del Barcelona la próxima temporada 2018-2019. El equipo azulgrana, que lucirá Nike un año más recuperaría una definición más ortodoxa en las líneas de su camiseta, aunque el diseño de la firma norteamericana presentaría más franjas y más delgadas que en su diseño clásico. Recuerdo que la encerrona era en Honduras y no obstante me juraba que México calificaría aunque fuera en segundo lugar, puesto que para ese Mundial se aumentó el número de equipos y la zona norte, centroamericana y del Caribe tenía dos boletos. Recuerdo la envidia que me dio, aunque al fin no sirviera de mucho, el tempranerísimo gol de sorpresa que Haití le metió a Italia en su primer partido en Alemania 74; el autor se apellidaba Fannon, como aquel de Los condenados de la tierra.
Recuerdo al fin que todo gran Mundial ocurre siempre en el país de la infancia, o antes. Recuerdo que Didí llega por fin al medio campo, coloca el balón en la mancha del círculo central y les indica a los atacantes Vavá y Garrincha que reanuden; se entiende ya lo que había querido decir con su pausada caminata previa: “Ese gol sueco quién sabe qué fue. No era suficiente para el seleccionado bovary: debían estar goleando 4-0 por lo menos a un “equipo africano” y apenas iban ganando 1-0 con apretado gol de penalti -muy bien tirado, por cierto- del Gonini Vázquez Ayala. Algunos futbolati se rasgaron las vestiduras: cómo era posible esa eliminación de “El Gigante de la Concacaf”. Recuerdo que, por increíble, cuando un colega me preguntó si el primer gol de Maradona contra Inglaterra en cuartos de finales había sido con la mano, le contesté ingenuamente que no: “El árbitro lo habría marcado”. Algunos graciosos hicieron incluso una canción: “El tango de De la Torre”. Lo que me atrajo, como si se tratara de lo equívoco en un sueño, fue que en la imagen televisiva de archivo -un video tomado poco antes de su muerte- Helenio Herrera iba sentado sobre una góndola, vestido con una larga capa, de frente a la cámara y con la cabeza erguida, más allá de los escándalos y las vanguardias del siglo XX en que se vio involucrado.
Recuerdo que el mejor gol de Pelé en los Mundiales ocurrió poco después en ese mismo México 70, pero tampoco fue gol: aquella jugada que le hizo al portero uruguayo Mazurkiewicz. En la final contra Suecia, rodeado de torres nórdicas, hace una jugada de fantasía al tomar un balón, elevarlo y pasarlo por encima del defensa y sin que cayera prenderlo con la pierna derecha para incrustarlo en el ángulo inferior derecho de la portería sueca. Recuerdo que en ese partido Pelé metió uno de sus mejores goles, pero no fue gol porque el portero inglés Gordón Banks le sacó desde su ángulo inferior derecho un cabezazo inverosímil y desde ahí abajo el balón subió para irse a córner por encima del larguero. Recuerdo que Didí aparta a Gilmar con una seña disuasiva del brazo izquierdo mientras empieza a caminar hacia el centro del campo, pausadamente, con el balón detenido bajo el brazo derecho.
El balón sale por la línea de meta a diez centímetros del poste derecho de Mazurkiewicz. La línea de calentamiento destaca por su corte semientallado y elásticidad, que te ofrecerán comodidad y libertad de movimientos durante toda la sesión. Recuerdo que no importa si Zito le tira el balón y si Didí vuelve a recuperarlo; o si Didí advierte lo que intenta Zito y evita que lo haga: importa que Didí sigue avanzando con la misma pauta hasta el centro del campo. Recuerdo que el portero Gilmar se lo pide para despejarlo él mismo hacia el centro del campo y reanudar el juego lo antes posible puesto que Brasil va perdiendo. Rivelino manda un pase hacia el centro del área grande; Pelé va hacia el balón y Mazurkiewicz sale a cortarlo. Caída la Bovary, el Pito Pérez nacional introdujo el chiste: al final del partido contra Alemania el portero mexicano sustituto, Pedro Soto, llega al vestidor, va hacia Pilar Reyes, lesionado desde el primer tiempo luego de un choque en el tercer gol contra un delantero alemán, y le informa: “¡
Recuerdo que los atacantes brasileños Vavá y Garrincha lo obedecen con respeto; reanudan el juego hacia delante, como indica el reglamento, y luego se la dan a Didí que se ha colocado atrás para que le pasen el balón. En un partido “normal”, como alguno que ocurriera hoy, en el 2010, equipacion barcelona 2022 México estaría contento del resultado parcial antes de terminar el primer tiempo. Recuerdo una manta en el estadio Azteca cuando apenas se acababa de saber que México no iría al Mundial de Italia por haber incluido jugadores de más edad en una selección menor: “FIFA perdónanos. Recuerdo que en ese Mundial el juego de semifinales Italia 4-Alemania 3 se consideró el Partido del Siglo, con el alemán Franz Beckenbauer jugando los tiempos extras con cabestrillo luego de que la defensa italiana le cometiera un penalti que el árbitro peruano-mexicano Arturo Yamazaki no marcó.